La elección de los servidores es un factor de peso para conseguir evitar gastos innecesarios y mejorar el desempeño del datacenter.
La gestión del centro de datos es una tarea que suele dar distintos quebraderos de cabeza a los responsables de la TI de las empresas. Uno de los problemas más habituales a los que se enfrentan es la necesidad de mejorar su eficiencia y su desempeño, cuando se percibe que está consumiendo demasiados recursos para la organización. Ante esta situación, se pueden adoptar distintos enfoques, según la parte por la que venga el problema.
Un primer paso esencial para manejar un consumo aceptable por la organización es conocer las necesidades reales de la empresa y la infraestructura para cubrirlas, adaptándolas cuando sea necesario. En el centro de datos, uno de los principales elementos es el servidor; de ahí que haya que estudiar la mejor forma de que se ajuste a lo que la TI corporativa debe incluir para evitar consumos innecesarios, que reduzcan la eficiencia y el desempeño global, sin que se malogre el rendimiento. El mercado cuenta con múltiples posibilidades con las que cada organización puede trabajar a medida —o, al menos, dentro de su rango de necesidades, sin hacer más gasto del preciso—. Por ejemplo, la oferta conjunta de la familia de servidores PRIMERGY y los sistemas operativos de Windows cuentan con distintas modalidades, que se combinan entre sí para adaptarse a las demandas de los clientes: desde los que manejan cargas de trabajo críticas, incluso de trabajo con datos o inteligencia artificial, a pymes que buscan cubrir un desempeño básico. Adecuar la infraestructura al desempeño real del negocio es un factor básico para lograr optimizar el centro de datos.
En esta problemática, el consumo de energía es un importante factor a tener en cuenta, como destacan desde Gartner. Henrique Cecci, director de investigación en la consultora, recomienda como primer paso "medir y monitorizar el uso de energía", un procedimiento clave para averiguar si la infraestructura se corresponde con las necesidades. También hay otras gestiones que ayudan a mejorar el desempeño. Por ejemplo, para optimizar la energía de la TI, apuestan por tareas como eliminar las cargas de trabajo innecesarias o virtualizar las que aún no se hayan virtualizado. Las instalaciones del datacenter también deben ser objeto de revisión, especialmente las que tienen más años.
Desde Gartner prestan especial atención al tema de la refrigeración, un aspecto que fácilmente puede disparar el consumo y ante el cual hay que intentar mejorar mediante distintas estrategias, que pasan desde la instalación de economizadores a la mejora de las estructuras de aislamiento del espacio.Aquí es clave evaluar los módulos obsoletos, que pueden suponen un mayor impacto en el consumo que su renovación.
La consultora apunta también al uso de software de gestión de infraestructuras de datacenter como uno de los elementos que pueden ayudar a optimizar la eficiencia del mismo. Desde Fujitsu explican el valor que pueden tener este tipo de herramientas, indicando que los centros de datos tienen dos partes: la de componentes de primera línea, que normalmente caen en las competencias del equipo TI; y las propias instalaciones, por norma supervisadas por los responsables del espacio físico y que son los que, precisamente, se encargarían de temas de energía y refrigeración. Un programa de gestión de la infraestructura del datacenter proporciona una perspectiva integrada y única de estos dos aspectos. Mejorar la eficiencia es un proceso que requiere de trabajo y análisis, en ocasiones también de alianzas estratégicas, para poder aprovechar al máximo el potencial del centro de datos.
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